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A medida que continúan avances en el tiroteo de David Ortiz, dominicanos de Philly hablan sobre las implicaciones

Desde el lunes, los avances en el tiroteo de David Ortiz han mantenido a los latinos caribeños monitoreando de cerca las publicaciones de medios locales en sus cuentas de redes sociales.

Fanáticos pasan frente a una fotografía de David Ortiz, de los Medias Rojas de Boston, antes de un partido de béisbol contra los Azulejos de Toronto en el Fenway Park en Boston.
Fanáticos pasan frente a una fotografía de David Ortiz, de los Medias Rojas de Boston, antes de un partido de béisbol contra los Azulejos de Toronto en el Fenway Park en Boston.Read moreMichael Dwyer / AP

El mundo se vio conmocionado el lunes por la noticia de que David Ortiz había recibido un disparo en su natal República Dominicana; nadie tan afectado como los dominicanos, que viven allí y en el extranjero.

Desde entonces, los avances en el caso del ex jugador de los Medias Rojas de Boston han mantenido a los latinos del Caribe monitoreando de cerca las publicaciones de medios dominicanos en sus cuentas de las redes sociales. Las conversaciones surgen en el WhatsApp, en las peluquerías y en los comedores de cada hogar.

Para latinos de Philly, el caso del querido Big Papi golpeó aún más cerca de casa este jueves: uno de los sospechosos, Luis Alberto Rivas Clase, también está siendo buscado en relación con un tiroteo que sucedió en Reading en abril de 2018. El tiroteo de Oritz pasa cuando el país está en el ojo del huracán mediático: cuatro turistas murieron allí en el lapso de una semana.

>>Haga clic aquí para leer este artículo en inglés.

Hablamos con dominicanos de Philly, la segunda comunidad latina más grande en el condado, sobre cómo han lidiado con la situación y las implicaciones que creen que tiene para su comunidad:

Wellington Frías, 33, un barbero en Juniata Park/Feltonville nacido en la provincia Sánchez Ramírez, República Dominicana, dijo que se siente tan enojado por lo que sucedió, que no encuentra las palabras para expresarlo. Lo que él sí sabe es esto: el tirador no podría haber sabido que era Ortiz, o no lo habría disparado.

“Uno no tiene que compatir con una persona como David Ortiz para saber quién es él y lo tanto qué ha hecho por nuestro país y el nombre de nuestra gente”.

Aún así, sus clientes no han dejado de hablar del caso. “Todo el mundo está conmovido por esto ahora mismo: yo, mi familia, el vecindario, todos”, dijo.

Ahora, debido al alto perfil de Ortiz, cree que las personas fuera del país están conscientes de las pandillas en la isla y los grupos de sicarios.

Rafael García, 58, un taxista que vive en Feltonville y es de Santiago de los Caballeros en la región norte, ha estado monitoreando las noticias sobre Ortiz a través de los grupos en WhatsApp. El tiroteo, dijo, refleja lo que es una realidad para el ciudadano dominicano promedio, una situación que lo deja indignado.

“Gracias a Dios que David Ortiz es una personalidad carismática, conocida y muy querida, que ha sido adoptada por Boston, porque este no es el caso de todos los dominicanos”.

Jimmy Durán, también, le preocupa cómo el tiroteo ha puesto al país y a su gente en todo el mundo bajo una luz negativa.

“Estamos de luto”, dijo Durán, de 44 años de edad, un banquero dominicano que vive en East Falls, “porque él representa el logro de nuestra nación en los Estados Unidos”.

También destaca cómo la corrupción y la falta de liderazgo por parte de las autoridades actuales ha llevado a un aumento de la violencia y el crimen allí. Lo que los dominicanos necesitan, dijo Durán, es una nueva generación de líderes en la isla y fuera de ella.

Mientras tanto, si no hay consecuencias judiciales para algunos de los casos de corrupción más famosos en América Latina, por ejemplo, el caso de sobornos pagados por el conglomerado brasileño Odebrecht en Dominicana, ¿por qué alguien temería las repercusiones de dispararle al Big Papi?

“Nuestros jóvenes ven que nuestros líderes no enfrentan consecuencias en esta cultura de impunidad que existe”, dijo Durán.

Otros jugadores latinos de grandes ligas han sido víctimas de violencia con armas de fuego en sus países de origen. Carl Herrera Allen, por ejemplo, el ex jugador de la NBA con los Houston Rockets y el primer venezolano en jugar para la liga, fue baleado y herido durante un intento de robo en un restaurante de Caracas en 2014.

Leotulfo Giménez, 69, no es dominicano. Él es de Lara, Venezuela, y es un fanático de los Yankees, pero dijo que no tiene más que admiración para Big Papi, en su opinión, el mejor bateador designado en la historia de la MLB.

“David Ortiz es más grande que la República Dominicana”, dijo el residente de Poplar. "Más grande que Boston. Más grande que el deporte. Se merece el respeto y la consideración de todos los latinos en todo el mundo ".